Las formas en las que se puede tomar el apio son variadas.
1) Crudo
Se puede añadir a ensaladas, añadiendo los tallos tiernos y las hojas en pedazos muy pequeños. “Hay que tener en cuenta que su textura es muy dura, con un sabor fuerte y amargo y que resulta más indigesto que si lo cocinamos”. Para compensarlo, “se puede preparar para untar en salsas ligeras de yogur o en humus”.
2) Sopas y cremas
El apio es una buena opción para dar sabor a las sopas y guisos.
La raíz se puede tomar cocida en guisos o en forma de jugos, normalmente en combinación con otros vegetales como la zanahoria, el pepino, la manzana y el tomate. Por su suave aroma se utiliza como aromatizante de sopas y ensaladas. También es posible tomarlo con unas lascas de queso y una pizca de pimienta para potenciar el suave sabor del apio.
3) Zumos
Otra forma de tomarlo es en zumo. Gracias a su bajo aporte de calorías y su altísimo contenido en agua, el zumo de apio es una de las preparaciones más famosas en muchas de las dietas de adelgazamiento.
Una idea es preparar el zumo en combinación con otras hortalizas e, incluso, con algunas frutas. Al final le da un toque añadir un chorro de limón.
4) Sal de apio
En otros países se utiliza la sal de apio, que no es más que apio desecado y pulverizado. Se puede usar como sustitutivo del cloruro sódico (sal común) para potenciar el sabor de otros alimentos en dietas bajas en sodio.